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El viaje de los Reyes
Magos
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Autor
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José
Rogelio Fernández Lozano
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INTRODUCCION
Esta representación está pensada
para que sea hecha por niños comprendidos entre 8 y 12 años. Lo que no es
obstáculo para que la puedan hacer los de mayor o menor edad. En Teatro Leído,
también cumplirá mí deseo de acercarnos más a las figuras de los Reyes Magos.
La escenificación se desarrolla en
tres lugares distintos: En los palacios de cada uno de los Reyes; en un oasis
del desierto y en el Portal de Belén.
El primer decorado puede ser compartido por los tres Reyes, con juego
de luces y sombras y con tules portados por los niños auxiliares. Se usarán
también los tules para aparentar distintos tiempos y lugares.
El vestuario de Reyes y pajes debe ser suntuoso.
El de los Angeles Narradores y Auxiliares de los tules, sencillo pero elegante,
así como el de la Virgen
y San José.
Una gran estrella movible, portada por un
niño auxiliar, dominará el fondo del escenario.
Los niños auxiliares colocarán también los
distintos elementos del decorado que se requieran: almohadones, palmera,
regalos, de las distintas escenas.
La música de fondo ayudará a los cambios de
escena y completará el ambiente navideño que se desea crear. Las luces que
producirán el día, la tarde o la noche, meterán al espectador en el mundo
maravilloso de la ilusión.
El autor
PERSONAJES
ANGEL NARRADOR
ÁNGEL NARRADORA
REY MELCHOR
PAJE 1º
REY GASPAR
PAJE 2º
REY BALTASAR
PAJE 3º
SAN JOSÉ
VIRGEN MARIA
OCHO AUXILIARES:
6 para los tules. 1 para la palmera 1 portaestrella
PRESENTACIÓN
(Los narradores, vestidos de ángeles, se
situarán a ambos lados del escenario y elevados sobre el suelo. Los, tules, en
línea, simularán el fondo. Música al correrse el telón).
NARRADOR. Aunque
soy un angelito,
voy a hacer de narrador,
y si les diera algún grito
es para que oigan mejor.
NARRADORA. Vamos
a contar la historia
de los tres Magos de Oriente,
sí me falla la memoria
¿me apuntarás de repente?
(Música de fondo)
NARRADOR. Ahora a Melchor verán,
creo que prepara
un viaje,
NARRADORA. con
las toses que le dan
y está haciendo el equipaje.
(Música de fondo. Melchor entra tosiendo por
derecha, los tules lo encuadran).
EN CASA DEL REY MELCHOR
MELCHOR.
Este resfriado que
tengo,
que no paro de
moquear,
ya no sé sí voy o
vengo,
o me tengo que acostar.
Me llamo Melchor el Mago,
y vivo aquí, en Oriente,
no sé muy bien lo que hago,
pero soy muy obediente.
Debo marchar a Belén
con mis gentes y camellos,
con otros magos también
a ver sí diera con ellos.
(Entra la Estrella por derecha portada por un niño auxiliar
seguida del Paje 1º.)
PAJE 1º
.Mi señor, todo está listo,
ha aparecido la Estrella.
Es‑ la mejor que haya visto,
es muy hermosa, ¡qué bella!.
MELCHOR.
¿Has echado alguna manta,
cataplasmas y edredón?
Este resfriado me espanta,
PAJE 1º. Emprenderemos camino
por la ruta del desierto,
las monedas de oro fino
no se olvide, se lo advierto.
MELCHOR.
A mi edad pongo ilusión
en emprender este viaje.
Lo hago de corazón.
Voy a cambiarme de traje.
¡A Belén! ¡A Occidente!
¡Á perseguir esa Estrella!
Cuando vaya por'Poníente,
sabré seguro que es ella.,
(Sale la
Estrella seguida de Melchor, estornudando, y del Paje 12 por
izquierda. Música de fondo. Entra Gaspar por derecha, quejándose y cojeando.
Los tules lo encuadran).
NARRADOR.
Ese que tanto se queja
es el Rey Mago Gaspar.
NARRADOR
.Podéis estirar la oreja,
que le vamos a escuchar.
(La
Estrella aparece por derecha).
EN CASA DEL REY GASPAR
GASPAR.
El reumatismo me da,
el invierno ha llegado.
Esa Estrella viene y va
llevándonos un recado.
Es artrosis, es artritis,
es lo uno, es lo otro.
Puede ser apendicitis.
¡Tener que montar en potro!
(Entra Paje 2º por derecha).
PAJE 2º
.Está todo prevenido.
El equipaje cargado. El lucero ya ha
venido,
y el incienso preparado.
GASPAR.
Gaspar el Mago me llaman
por mi poder y riqueza,
y mis súbditos me aman:
los saqué de la pobreza.
Este viaje hacia Belén
me ha llenado de alegría, los dolores`no me den,
qué, sí no, me quedaría.
PAJE 2º
.Mí señor, ¡ perded cuidado l
ya preparé una untura,
con pomada os he dado
para salir con premura.
GASPAR.
Conviene que preparemos
mejunjes> y pomadillas,
porque, si no, ya veremos,
usaré las zapatillas.
¡Que resuenen los clarínes!
¡En marcha los camelleros!
¡A Belén en los confines!
¡Hay que llegar los primeros!
(Sale la
Estrella , seguida de Gaspar, dolorido, y del Paje 2¿ por
izquierda. Música de fondo).
NARRADOR.
En su palacio, su casa,
Baltasar está molesto
por no sé qué que le pasa,
oigamos qué dice de esto.
(Entra Baltasar, tocándose la cabeza, por‑derecha.
Los tules le encuadran).
EN CASA DEL REY BALTASAR
BALTASAR.
Cuarenta años seguidos
que me duele la cabeza.
Tengo los sesos ya idos,
el viaje me da pereza
. Baltasar el gran
Rey Mago
me dicen en mi
nación.
Y esta aventura la
hago
con sorpresa y emoción.
(Entra la Estrella y Paje 3º por
derecha).
PAJE 3º
.Que fue ayer cuando
vino
esta conductora
Estrella.
Nos va a indicar
el camino.
¡Hay que ver cómo
destella!
BALTASAR.
¿Fuiste a la perfumería?
PAJE 3º
De allí vengo, mi señor.
BALTASAR.
¿La mirra tú comprarías?
PAJE 3º
De calidad no hay mejor.
BALTASAR
Echa también una
toalla
para paños de agua
fría.
Sí la cabeza me
falla,
como turbante se lía.
otros magos del Oriente.
Prepararé el
visado,
partírié con el relente.
¡Dad las órdenes precisas!
¡Los caballos! ¡La trompeta!
Que ya nos comen las prisas
por seguir ese cometa.
Es esto algo divino,
que una Estrella, en su vuelo,
nos enseñe el camino.
¡Es grande el poder del Cielo!
(Sale la
Estrella seguida de Baltasar, con dolor de cabeza, y Paje 32
por izquierda. Músíca de fondo. Los auxiliares colocan los tules. Otro trae una
palmera simulando un oasis).
EN EL OASIS
NARRADOR.
Han andado muchos
días
por caminos
polvorientos
persiguiendo a la Estrella.
Tienen que venir
sedientos.
NARRADORA.
A este tranquilo oasis
puede que lleguen los tres.
Otea con la mirada
y avísanos si los ves
Baltasar el gran Rey Mago
me dicen en mí nación.
Y esta aventura la hago
con sorpresa y emoción.
(Entra la Estrella y Paje 3º por derecha).
PAJE 3º.
Que fue ayer cuando vino
esta conductora Estrella.
Nos va a indicar el camino.
¡Hay que ver cómo destella!
BALTASAR.
¿Fuíste a la perfumería?
PAJE 3º
.De allí vengo, mí señor.
BALTASAR.
¿La mirra tú comprarías?
PAJE 3º
.De calidad no hay mejor.
BALTASAR.
Echa también una toalla
para paños de agua fría.
Si la cabeza me falla,
como turbante se lía.
otros magos del Oriente.
Prepararé el visado,
partiré con el relente.
¡Dad las órdenes precisas!
¡Los caballos! ¿La trompeta!
Que ya nos comen las prisas
por seguir a esa cometa.
Es esto algo divino,
que una estrella, en su vuelo,
nos enseñe el camino.
¿ Es grande el poder del cielo!
( Sale la Estrella seguida de Baltasar con
dolor de cabeza, y paje 3º por la izquierda. Música de fondo. Los auxiliares
colocan los tules. Otro trae una palmera simulando un oasis).
EN EL OASIS
NARRADOR.-
Han andado muchos días
por caminos polvorientos
persiguiendo a la Estrella.
Tienen que venir sedientos
NARRADORA.-
A este tranquilo oasis
puede que lleguen los tres.
Otea con la mirada
y avísanos si nos ves
NARRADOR.
¡Oh, ya
llegan!
¡Oh, que
vienen!
Cada uno por su
lado.
Lo más seguro es que tienen
el sitio apalabrado.
(Música de fondo. Entran Melchor y Baltasar por
derecha y Gaspar por izquierda. Van seguídos de sus pajes, que portan unos
almohadones).
MELCHOR.
Soy Melchor.
GASPAR.
Y yo, Gaspar.
Hagamos presentaciones.
BALTASAR.
Yo me llamo Baltasar.
Y estas son mis intenciones.
Sentaos aquí primero.
Iniciaré‑una historia.
Y su atención
les requiero,
que me la sé de memoria.
(Entra la Estrella
por derecha y sale por. izquierda).
MELCHOR.¡Esa Estrella!
GASPAR
¡Blanca Estrella!
Allá
en el firmamento...'
BALTASAR
Quisiera
hablaros de ella.
Apareció
de momento...
MELCHOR.
Yo
contemplaba la luna,
llegándome
un resplandor.
No
apareció más que una.
Era
la luz del amor.
GASPAR.
A mí me dio un arrechús
al entender que decía
algo de un Niño, Jesús,
y de una Virgen, María...
MELCHOR....
de una burra y de José,
de un portal en la Judea...
BALTASAR....
de un buey. Ya me lo sé,
no hace falta que lo vea.
(Aparece de nuevo la Estrella por la derecha)
MELCHOR.
Está de nuevo llegando.
GASPAR.
Ahora se para, espera.
BALTASAR.
Pues continuemos hablando
debajo de la palmera.
MELCHOR.
Será ese Niño, al fin,
Dios y hombre a la vez.
Su Estrella, desde el confín,
nos ha enseñado quien es.
(Se sientan en los almohadones que han colocado los
pajes debajo de la palmera).
GASPAR.
El día aquí pasaremos
nuestras fuerzas reponiendo,
descansados partiremos,
que nos estamos durmiendo.
BALTASAR.
Mañana, al atardecer,
nos tendremos que marchar,
y al Niño Dios ofrecer
los presentes., y adorar.
(Música de fondo. Simulan que duermen. Se oscurece
la escena y salen todos. Se ilumina la escena. Los tules enmarcan el Portal. Entran por derecha la Virgen , con el Niño en
brazos, y San José; a continuación, la Estrella y la Palmera , que se colocarán junto al Portal).
ANTE EL PORTAL
NARRADOR
.El veinticinco
nació,
cumpliendo la
profecía,
sobre el Portal
de María.
NARRADORA.
¡Qué lujo! ¡Qué esplendor!
¡Qué vistosos los ropajes!
¡La estrella, qué resplandor!
¡Qué elegantes van los pajes!
NARRADOR.
Todo eso por un Niño,
que en un pesebre ha nacido
y no en pañales de armiño.
í Tan pobre! ¡Tan desvalido!
NARRADORA.
Algo tiene que tener
por encima de las leyes
para venir a ofrecer
su amor a pastores y reyes
( Música de fondo entran los reyes por derecha con
su cortejo. Los pajes portan regalos y se situan todos junto al Portal)
JOSE.
Habéis de lejos venido
a postraros a sus pies.
porque supisteis quien es.
MELCHOR.
Esta mirra, como hombre.
BALTASAR.
Pues como rey, este oro.
GASPAR
Y ahora, en mi nombre,
incienso al Dios que adoro.
JOSE.
Mirra, oro e incienso
son regalos para un Dios,
un gracias es poco,
pienso, tenemos que daros dos.
MARIA.
Quiero decir, de momento,
que también os felicito.
Mi Niño está muy contento
y se ha chupado un dedito.
El Niño, Jesús de nombre,
duerme un sueño profundo.
En cuanto se haga hombre
será el Salvador del mundo
(Los reyes se levantan, adelantándose al público,
acompañados de sus pajes).
BALTASAR.
¡Oh, qué Niño más gracioso!
¡Qué sonrisa nos ha echado!
¡Es un chavalín hermoso!
¡Creo que nos ha soplado!
MELCHOR.
Es su espíritu, que aquí
en el rostro me ha dado,
y que, penetrando en mí,
el resfriado me ha curado.
GASPAR.
El reuma se fue con tino.
Salto y brinco sin temor.
¡Será el vaho divino!
¡No tengo ningún dolor!
BALTASAR.
¡No me duele la cabeza!
¡No tengo la cefalea!
¡Ahora veo la belleza
de lo que aquí me rodea!
MELCHOR.
Nosotros, con gran poder,
riqueza y sabiduría,
no hemos sabido entender
que la fe nos sanaría.
GÁSPAR.
Estos apreciados dones,
estos regalos del Cielo,
abren nuestros corazones...
BALTASAR....
como
descorrer un velo.
GASPAR.
Con oro y piedras
preciosas,
de nuestros palacios llenos ...
MELCHOR....
compraremos muchas cosas
a los niños, que son buenos.
(Reyes y pajes se dirigen de nuevo al Portal y
adoran al Niño. Música de fondo).
NARRADOR.
Dos mil años han pasado
del hecho aquí referido.
¡La
Navidad ha llegado!
¡Seis de enero, bienvenido!
NARRADORA.
Un mensaje me han dado
‑prestadme mucha atención
como del cielo enviado.
¡Jamás perdáis la ilusión!
(Música de fondo mientras, lentamente, se corre el
T
E L 0 N
DON QUIJOTE. - Y por el otro ejército ¿Acaso no vislumbras las barbas
del malísimo Bin Laden odiado y temido de todos?
SANCHO PANZA. -
DON QUIJOTE. - Tantas ganas tengo de entrar en batalla que aunque veo
por allí muchos cientos de famosos y esforzados caballeros doy por terminado su
nombramiento y ya me apresuro a entrar en combate. Pues se que este será un
gran día y estos caballeros presto conocerán el valor de mi brazo.
NARRADORA. - Viendo Sancho que ya era de todo punto imposible
convencerlo de que lo que iba a atacar no eran ejércitos sino rebaños.
Resignose al destino hízose a un lado y dejole marchar no sin antes advertirle
por última vez.
SANCHO PANZA. - Vuelva aca desdichado de mí y de la madre que me parió.
Vuelva y mire que no son gigantes ni Supermanes ni Binladen ni nada que se le
parezca sino ovejas y carneros.
DON QUIJOTE. - Allá voy. Caballeros que seguís bajo la bandera del
valeroso Supermán del arremangado brazo. Seguidme todos veréis como os ayudo a
derrotar a vuestros enemigos.
NARRADORA. - Y diciendo esto se adentró en medio de los rebaños dando
lanzadas por aquí y por alla con tanta fuerza que al momento dejó en el campo
no menos de siete ovejas muertas. Los pastores le daban voces diciendo que no
hiciera eso pero de nada servían sus palabras.
PASTOR I. - ¿Pero qué hace vuestra merced? ¿es que se ha vuelto loco?
PASTOR II. - ¡Deja las ovejas desgraciao! ¡Que me vas a buscar la
ruina!
PASTOR III. -¡Para! ¡Detente! ¡Vamos a tirarle piedras que nos mata
todas las ovejas!
DON QUIJOTE. - ¡Malandrines! No huyáis que un solo caballero os
derrotará a todos.
NARRADORA. - Los pastores al ver que no hacía caso comenzaron a tirarle
piedras hasta que consiguieron tirarlo del caballo.
(Los pastores le tiran bolas de papel como si fueran piedras)
PASTOR I. - Toma esta pedrá.
PASTOR II. - A ver si te gusta esta peladilla.
DON QUIJOTE. - ¡Ay mis costillas! ¡Muerto soy voy a tomar un poco de
medicina milagrosa.
PASTOR III. - Toma en toda la boca.
DON QUIJOTE. - (Cayéndose al suelo) ¡Ay mis dientes! Por lo menos me ha
arrancao tres o cuatro.
NARRADORA. - Y era verdad aquella pedrada que le había dado en la boca
le había arrancado tres dientes y cuatro muelas. Acudió Sancho y le ayudó a
levantarse.
SANCHO PANZA. - ¿No le dije a vuestra merced veinte veces que no eran
ejércitos sino rebaños?
DON QUIJOTE. - Calla Sancho. Todo esto es obra de aquel sabio enemigo
mío que envidioso de la fama que yo iba a coger ha convertido a los ejércitos
en rebaños.
SANCHO PANZA. - No sé, no sé.
DON QUIJOTE. - Es verdad lo que yo te digo y si quieres convencerte solo
tienes que ir detrás de ellos y esconderte detrás de aquella colina y verás
como de aquí a un rato otra vez se vuelven a convertir en ejércitos.
FIN
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