LAS PLANTAS TAMBIÉN SIENTEN
(Escenificación
pedagógica destinada a incrementar en los niños el respeto a las plantas y al
medio ambiente.)
ESCENARIO.
Se puede pintar un gran mural de un bonito paisaje con montañas, ríos y
bosques.
PERSONAJES:
NARRADOR-A.
Niño o niña que lea o memorice muy bien.
GENIO
DE LOS BOSQUES. - Niña pequeña
NIÑO-A.
Niño o niña cualquiera que salga voluntario.
ENCINA.
Niña caracterizada de encina.
CARDO
CORREDOR. Niño caracterizado de cardo corredor.
ZARZA.
GUARDIÁN I. Niña caracterizada de zarza.
ESPINO
GUARDIÁN II. Niño caracterizado de espino.
SILVESTRIS
NEVADENSIS. Gran sabio. Niño alto y fuerte caracterizado de pino.
RETAMA.
Niña caracterizada de retama.
TEJO,
TAXUS. - Niño caracterizado de tejo.
DIFICULTAD.
Escasa. Pensada para niños-as del primer ciclo.
DURACIÓN
APROXIMADA: Veinte minutos.
ACTO I
NARRADORA.
-Esta historia que vamos a contar sucedió hace unos años.Un niño paseaba por el
campo en el parque Nacional de Sierra Nevada, por un lugar llamado la Cortijuela , de pronto
se paró debajo de una frondosa encina y viendo que tenía bellotas le apeteció
coger unas cuantas.
NIÑO-A.
- Anda es una encina y tiene bellotas. Voy a coger unas cuantas para jugar.
(Intenta coger bellotas pero no puede) Maldita sea, encina tonta suelta las
bellotas. (Le da patadas en el tronco)
NARRADORA.
- El niño aquel al ver que no alcanzaba las bellotas cogió un hacha y decidió
cortarle una rama.
NIÑO-A.
- Con que no quieres darme bellotas ahora te vas a enterar. (Coge un hacha y
hace como si la golpeara con ella) Toma ya te he cortado una rama.
GENIO
DE LOS BOSQUES. - Como todos los años he venido para conceder el privilegio de
poder hablar a todas las plantas de este parque. ¡Cataplín cataplán ya podéis
hablar! ¡Hasta luego!
ENCINA
QUERCUS. - ¡Ay! ¡Ay! ¡Qué daño me has hecho! Has cortado una de mis mejores
ramas.
NIÑO-A.
- ¿Quién se queja? ¿Quién habla? (Mira a todos los lados) No se ve a nadie.
ENCINA
QUERCUS. - Soy yo la encina a la que le acabas de cortar una rama.
NIÑO-A.
- ¡Que tontería es esta, las plantas no hablan!
ENCINA
QUERCUS. - Las plantas de aquí si.
NIÑO-A.-
Eso que dices es una bobada. Yo no me lo creo. Tendrá algún truco.
ENCINA
QUERCUS. - Díselo tu vecina Retama. Que a mí no me quiere creer.
RETAMA
GINESTA. - Vamos a ver cabeza de chorlito. ¿Qué te han enseñado en la escuela?,
¿qué somos las plantas?
NIÑO-A.
- Las plantas, las plantas son seres vivos.
RETAMA
GINESTA. - ¿Y qué más? ¿Qué necesitamos las plantas para vivir?
NIÑO-A.
- Las plantas necesitan aire, agua y la luz del sol.
RETAMA
GINESTA. - Muy bien veo que te lo sabes. Y si yo te doy un palo en la cabeza
con una de mis ramas ¿a ti que te pasa?
NIÑO-A.
- Pues que me duele mucho y me sale un chichón.
RETAMA
GINESTA. - O sea que a tí te duele mucho y tu que le has cortado a mi vecina
encina una hermosa rama que es como si te cortaran un brazo a tí. A ella
dices que no le duele.
NIÑO-A.
- Todo eso que dices son bobadas y ya me cansé de escuchar tonterías ahora cojo
mi hacha y te cortaré a ti por los pies. (Hace ademán de cortarla)
RETAMA
GINESTA. - Por favor encina avisa al cardo corredor que me va a cortar por el
pie.( Lo dice con mucho susto)
ENCINA
QUERCUS. - Cardo corredor, cardo corredor. Corre a la Cortijuela es muy
urgente. Date prisa por favor.
CARDO
CORREDOR. - Aquí me tenéis he venido a toda pastilla, volando. Que por algo me
llaman también volador. ¿Qué pasa?
ENCINA
QUERCUS. - Que este niño me ha cortado una rama y ahora quiere cortarle el pie
a mi vecina la Retama.
CARDO
CORREDOR. - Con que si eh, maltratando a las damas. Anda pelea conmigo si eres
hombre. (Hace gestos de boxeador)
NIÑO-A.
- ¡Ja, ja, ja! Este es vuestro guardián y ayudante. De este me río yo. Y cuando
te corte a ti lo machacaré también a él.
RETAMA
GINESTA. - Cardo corredor. Tu solo no puedes detenerlo ve a llamar a los otros
guardianes.
NARRADORA.
- El cardo corredor salió a toda prisa y volvió en un minuto acompañado de los
dos guardianes del bosque. El guarda jurado Don Espino Albar y la policía
nacional Zarza Mora.
(Llegan
los tres corriendo y rodean al niño.)
DON
ESPINO ALBAR. - Alto ahí. Tira ese hacha si no quieres que te clave mis pinchos
que son como puñales.
POLICÍA
ZARZA MORA. - Yo te sujetaré con mis brazos llenos de dientes.
(El
niño hace lo que le mandan y se deja coger)
CARDO
CORREDOR. - Y ahora qué, ya no te haces tan chulillo.
DON
ESPINO. - ¿Qué hacemos con él?
ENCINA
QUERCUS. - Llevadlo ante el sabio, el anciano Silvestris. El sabe siempre lo
que hay que hacer.
NARRADORA.
- Los guardianes del bosque condujeron al niño hacia el rincón sagrado, que era
el lugar donde vivía el árbol más anciano de todos el
sabioSilvestrisNevadensis. Allí fueron todos juntos para preguntarles qué
tenían que hacer.
POLICÍA
ZARZA MORA. - ¡Vamos, en marcha!
NIÑO-A.
- ¿A dónde me lleváis? ¿Qué me vais a hacer?
GUARDIA
ESPINO ALBAR. - Si por mí fuera te cortaría el brazo ahora mismo. Igual que
hiciste tú con la encina. Pero eso lo dirá el anciano Silvestris que es el más
sabio del bosque. Venga andando.
(Andan
por el escenario, dan una vuelta y se paran delante del pino)
ACTO II
NARRADORA.
- Al llegar al rincón sagrado donde vivía el sabio Silvestris, lo llamaron
porque parecía que se había quedado dormido.
ENCINA
QUERCUS. - ¡Sabio Nevadensis, sabio Nevadensis! No nos oye ¿se habrá muerto?
Como es tan viejo.
RETAMA
GINESTA. - ¡Como se va a haber muerto! Si ayer tarde estuve yo hablando con él.
¡Llámalo más fuerte! ¡Nevadensis, Nevadensis! . Di algo por favor.
SABIO
NEVADENSIS. - (Desperezándose, se le abre la boca y estira los brazos) -
¿Dónde? ¿Cómo? Ya voy. ¿Qué pasa? Se me ha hecho tarde. Perdonad es que me he
quedado dormido. ¿Qué es lo que ha pasado?
GUARDIA
ESPINO ALBAR. - Gran sabio Nevadensis, te traemos a un niño que no sabe
respetar la naturaleza y le ha cortado una rama a nuestra amiga la encina
Quercus.
SABIO
NEVADENSIS. - ¿Es eso cierto encina Quercus?
ENCINA
QUERCUS. - Si que lo es. Me cortó una de mis mejores ramas y ahora me duele
mucho y me sale mucha savia. Y me he quedado manca y estoy fea y ya nadie me va
a querer. ¡Que penita tengo!
SABIO
NEVADENSIS. - No llores más. Y no digas eso de que nadie te va a querer porque
tu sabes que aquí te queremos todos. Vamos a ver. Hay testigos que presenciaran
el hecho?
ENCINA
QUERCUS. - Si los hay: mi vecina la retama Genista y nuestro amigo el cardo
Corredor.
SABIO
NEVADENSIS. - Que hablen los testigos. Retama Genista ¡qué tienes que decir?
RETAMA
GINESTA. - (Hablando muy deprisa, como si estuviera muy nerviosa) - Si. Yo lo
vi todo. Lo presencié todo. ¡Qué miedo pasé! ¡Qué susto! A mí me llamó mi
vecina Quercus para que le ayudara pero no pude hacer nada. Este niño es un
salvaje. Me dijo que me quería cortar el pie a mí. Solo de pensarlo me dan
escalofríos.
SABIO
NEVADENSIS. - Tranquilízate Genista. Y tu Cardo Corredor ¿Qué es lo que viste?
CARDO
CORREDOR. - Verás Nevadensis, a mí me llamó mi amiga Quercus y cuando llegué
este niño malo que está aquí le había cortado la rama a Quercus y quería
cortarle el pie a Genista. Yo le iba a dar una paliza pero Genista me dijo que
llamara a los guardianes que llegaron lo apresaron y aquí lo tienes.
SABIO
NEVADENSIS. - Parece ser que los hechos quedan probados ahora le toca a usted
señora Madreselva , actúe de fiscal.
MADRESELVA.
- Con su permiso señor juez. Este es un nuevo caso de desprecio de los humanos
hacia la naturaleza. No agradecen las cosas que las plantas les damos como
todos los frutos, ni agradecen que le limpiemos el aire que respiran, el
oxígeno que producimos, la frescura y humedad de nuestras selvas y bosques.
Nada no agradecen nada. Y a cambio ¿qué nos dan?.
SABIO
NEVADENSIS. - Corte el rollo amiga Madreselva. Limítese a decir lo que está
previsto por la ley en estos casos.
MADRESELVA.
- Dispense señor juez, me he dejado llevar por la irritación. Puesto que los
hechos están probados solo tengo que decir que su Señoría sabio Nevadensis
aplique la ley de la selva en su máximo rigor. Es decir pido para el acusado
que le corten un brazo al igual que él hizo con nuestra querida amiga Quercus.
He terminado.
SABIO
NEVADENSIS. - Niño ¿Tienes algo que decir en tu defensa?
NIÑO-A.
- Digo que es verdad todo lo que han dicho de mí. Pero yo no sabía que las
plantas sentíais dolor como las personas, no sabía que os hacía daño. Tampoco
sabía que fueseis capaces de hablar. Os pido perdón. Ya no lo volveré a hacer.
Pero no me cortéis el brazo por favor. (Se pone a llorar)
RETAMA
GINESTA. - Eso no es verdad. Recuerda que yo te advertí de que no deberías
hacer daño a las plantas porque sufríamos como vosotros las personas, tu no me
hiciste caso. Y luego quisiste cortarme por el pie.
NIÑO-A.
- Es verdad pero es que esto es muy raro, nunca había hablado con ninguna
planta. ¿Por qué habláis vosotras?
SABIO
NEVADENSIS. - Tienes razón nadie sabe que las plantas de este parque podemos
hablar durante una hora todos los años. Explícaselo tu amiga Mejorana.
MEJORANA.
- Tienes que saber niño que hace cientos de años se declaró un incendio en este
bosque. Se quemaron numerosas plantas y murieron abrasados muchos animales.
Cerca de aquí vivía un grupo de personas que huyeron asustadas cuando vieron el
incendio. Un niño pequeño se quedó perdido y su madre regresó a recogerlo.
Cuando lo encontró ya el fuego estaba cerca y tuvieron que correr hacia aquí.
Estaban asustados. Llegaron al pie del gran SilvestrisNevadensis y ya el fuego
los había rodeado. No tenían escapatoria, iban a morir. Entonces nuestro
querido Nevadensis los vio abrió su tronco y los refugió dentro de él. El fuego
quemó las ramas y la parte externa de Nevadensis pero ellos no sufrieron ningún
daño y cuando se apagó el fuego salieron sanos y salvos.
NIÑO-A.
- Y ¿qué pasó después?. ¿Se recuperó de sus quemaduras Nevadensis?. ¿Cómo fue
que aprendísteis a hablar?
MEJORANA.
- Ahora te lo digo. Nevadensis no murió y se fue recuperando poco a poco. El
genio de los bosques enterado de la buena acción que había hecho Nevadensis a
él y a todas las plantas del parque nos condedió el privilegio de poder hablar
una hora cada año cuando él lo decide. Un minuto después de que tu le cortaras
la rama a Quercus nos permitió hablar y dentro de poco nos quedaremos mudas
hasta el año que viene.
SABIO
NEVADENSIS. - Ya sabes todo lo que ha pasado ahora prepárate para escuchar la
sentencia.
NIÑO-
A. - Por favor no me cortéis el brazo.
MADRESELVA.
- La ley es la ley y yo pido que se cumpla.
SABIO
NEVADENSIS. - Señora Madreselva. Las plantas nunca le hemos hecho daño a las
personas. Siempre se lo hemos dado todo y no le hemos pedido nada a cambio. Por
otra parte todos sabemos que este niño está arrepentido y no volverá a hacer
eso. (En este momento aparece de nuevo el genio de los bosques se pone en el
centro del escenario y mira su reloj) Creo que lo dejaremos libre para que
cuide a nuestra amiga Quercus hasta que le salga una nueva ramita y...
GENIO
DE LOS BOSQUES. - Se acabó el tiempo de hablar. ¡Adiós queridas plantas! ¡Adios
a todos!
(Nevadensis
se queda callado al igual que todas las demás plantas. Se quedan inmóviles como
estatuas.)
NIÑO-A.
- Continúa hablando por favor. ¿Por qué te has quedado callado de repente?.
Dirigiéndose
a Quercus. - Habla tu encina. Dime si me perdonas. Te prometo que te
pondré abono cuando tengas hambre y te echaré agua cuando pases sed. Pero dime
algo.
Dirigiéndose
a la madreselva. Por favor señora madreselva hable usted aunque sea para
condenarme.
Dirigiéndose
al público. Nadie me responde las plantas ya no me hablan. Ya no se si todo
esto ha sido un sueño o si ha pasado de verdad. Pero he sacado una
enseñanza. Debemos cuidar las plantas y no maltratarlas nunca porque las
plantas son seres vivos y también sienten.
FIN
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