martes, 26 de junio de 2012

LAS PLANTAS TAMBIÉN SIENTEN


LAS PLANTAS TAMBIÉN SIENTEN

(Escenificación pedagógica destinada a incrementar en los niños el respeto a las plantas y al medio ambiente.)

ESCENARIO. Se puede pintar un gran mural de un bonito paisaje con montañas, ríos y bosques.
PERSONAJES:
NARRADOR-A. Niño o niña que lea o memorice muy bien.
GENIO DE LOS BOSQUES. - Niña pequeña
NIÑO-A. Niño o niña cualquiera que salga voluntario.
ENCINA. Niña caracterizada de encina.
CARDO CORREDOR. Niño caracterizado de cardo corredor.
ZARZA. GUARDIÁN I. Niña caracterizada de zarza.
ESPINO GUARDIÁN II. Niño caracterizado de espino.
SILVESTRIS NEVADENSIS. Gran sabio. Niño alto y fuerte caracterizado de pino.
RETAMA. Niña caracterizada de retama.
TEJO, TAXUS. - Niño caracterizado de tejo.
DIFICULTAD. Escasa. Pensada para niños-as del primer ciclo.
DURACIÓN APROXIMADA: Veinte minutos.
ACTO I
NARRADORA. -Esta historia que vamos a contar sucedió hace unos años.Un niño paseaba por el campo en el parque Nacional de Sierra Nevada, por un lugar llamado la Cortijuela, de pronto se paró debajo de una frondosa encina y viendo que tenía bellotas le apeteció coger unas cuantas.
NIÑO-A. - Anda es una encina y tiene bellotas. Voy a coger unas cuantas para jugar. (Intenta coger bellotas pero no puede) Maldita sea, encina tonta suelta las bellotas. (Le da patadas en el tronco)
NARRADORA. - El niño aquel al ver que no alcanzaba las bellotas cogió un hacha y decidió cortarle una rama.
NIÑO-A. - Con que no quieres darme bellotas ahora te vas a enterar. (Coge un hacha y hace como si la golpeara con ella) Toma ya te he cortado una rama.
GENIO DE LOS BOSQUES. - Como todos los años he venido para conceder el privilegio de poder hablar a todas las plantas de este parque. ¡Cataplín cataplán ya podéis hablar! ¡Hasta luego!
ENCINA QUERCUS. - ¡Ay! ¡Ay! ¡Qué daño me has hecho! Has cortado una de mis mejores ramas.
NIÑO-A. - ¿Quién se queja? ¿Quién habla? (Mira a todos los lados) No se ve a nadie.
ENCINA QUERCUS. - Soy yo la encina a la que le acabas de cortar una rama.
NIÑO-A. - ¡Que tontería es esta, las plantas no hablan!
ENCINA QUERCUS. - Las plantas de aquí si.
NIÑO-A.- Eso que dices es una bobada. Yo no me lo creo. Tendrá algún truco.
ENCINA QUERCUS. - Díselo tu vecina Retama. Que a mí no me quiere creer.
RETAMA GINESTA. - Vamos a ver cabeza de chorlito. ¿Qué te han enseñado en la escuela?, ¿qué somos las plantas?
NIÑO-A. - Las plantas, las plantas son seres vivos.
RETAMA GINESTA. - ¿Y qué más? ¿Qué necesitamos las plantas para vivir?
NIÑO-A. - Las plantas necesitan aire, agua y la luz del sol.
RETAMA GINESTA. - Muy bien veo que te lo sabes. Y si yo te doy un palo en la cabeza con una de mis ramas ¿a ti que te pasa?
NIÑO-A. - Pues que me duele mucho y me sale un chichón.
RETAMA GINESTA. - O sea que a tí te duele mucho y tu que le has cortado a mi vecina encina una hermosa rama que es como si te cortaran un brazo a tí. A ella dices que no le duele.
NIÑO-A. - Todo eso que dices son bobadas y ya me cansé de escuchar tonterías ahora cojo mi hacha y te cortaré a ti por los pies. (Hace ademán de cortarla)
RETAMA GINESTA. - Por favor encina avisa al cardo corredor que me va a cortar por el pie.( Lo dice con mucho susto)
ENCINA QUERCUS. - Cardo corredor, cardo corredor. Corre a la Cortijuela es muy urgente. Date prisa por favor.
CARDO CORREDOR. - Aquí me tenéis he venido a toda pastilla, volando. Que por algo me llaman también volador. ¿Qué pasa?
ENCINA QUERCUS. - Que este niño me ha cortado una rama y ahora quiere cortarle el pie a mi vecina la Retama.
CARDO CORREDOR. - Con que si eh, maltratando a las damas. Anda pelea conmigo si eres hombre. (Hace gestos de boxeador)
NIÑO-A. - ¡Ja, ja, ja! Este es vuestro guardián y ayudante. De este me río yo. Y cuando te corte a ti lo machacaré también a él.
RETAMA GINESTA. - Cardo corredor. Tu solo no puedes detenerlo ve a llamar a los otros guardianes.
NARRADORA. - El cardo corredor salió a toda prisa y volvió en un minuto acompañado de los dos guardianes del bosque. El guarda jurado Don Espino Albar y la policía nacional Zarza Mora.
(Llegan los tres corriendo y rodean al niño.)
DON ESPINO ALBAR. - Alto ahí. Tira ese hacha si no quieres que te clave mis pinchos que son como puñales.
POLICÍA ZARZA MORA. - Yo te sujetaré con mis brazos llenos de dientes.
(El niño hace lo que le mandan y se deja coger)
CARDO CORREDOR. - Y ahora qué, ya no te haces tan chulillo.
DON ESPINO. - ¿Qué hacemos con él?
ENCINA QUERCUS. - Llevadlo ante el sabio, el anciano Silvestris. El sabe siempre lo que hay que hacer.
NARRADORA. - Los guardianes del bosque condujeron al niño hacia el rincón sagrado, que era el lugar donde vivía el árbol más anciano de todos el sabioSilvestrisNevadensis. Allí fueron todos juntos para preguntarles qué tenían que hacer.
POLICÍA ZARZA MORA. - ¡Vamos, en marcha!
NIÑO-A. - ¿A dónde me lleváis? ¿Qué me vais a hacer?
GUARDIA ESPINO ALBAR. - Si por mí fuera te cortaría el brazo ahora mismo. Igual que hiciste tú con la encina. Pero eso lo dirá el anciano Silvestris que es el más sabio del bosque. Venga andando.
(Andan por el escenario, dan una vuelta y se paran delante del pino)
ACTO II
NARRADORA. - Al llegar al rincón sagrado donde vivía el sabio Silvestris, lo llamaron porque parecía que se había quedado dormido.
ENCINA QUERCUS. - ¡Sabio Nevadensis, sabio Nevadensis! No nos oye ¿se habrá muerto? Como es tan viejo.
RETAMA GINESTA. - ¡Como se va a haber muerto! Si ayer tarde estuve yo hablando con él. ¡Llámalo más fuerte! ¡Nevadensis, Nevadensis! . Di algo por favor.
SABIO NEVADENSIS. - (Desperezándose, se le abre la boca y estira los brazos) - ¿Dónde? ¿Cómo? Ya voy. ¿Qué pasa? Se me ha hecho tarde. Perdonad es que me he quedado dormido. ¿Qué es lo que ha pasado?
GUARDIA ESPINO ALBAR. - Gran sabio Nevadensis, te traemos a un niño que no sabe respetar la naturaleza y le ha cortado una rama a nuestra amiga la encina Quercus.
SABIO NEVADENSIS. - ¿Es eso cierto encina Quercus?
ENCINA QUERCUS. - Si que lo es. Me cortó una de mis mejores ramas y ahora me duele mucho y me sale mucha savia. Y me he quedado manca y estoy fea y ya nadie me va a querer. ¡Que penita tengo!
SABIO NEVADENSIS. - No llores más. Y no digas eso de que nadie te va a querer porque tu sabes que aquí te queremos todos. Vamos a ver. Hay testigos que presenciaran el hecho?
ENCINA QUERCUS. - Si los hay: mi vecina la retama Genista y nuestro amigo el cardo Corredor.
SABIO NEVADENSIS. - Que hablen los testigos. Retama Genista ¡qué tienes que decir?
RETAMA GINESTA. - (Hablando muy deprisa, como si estuviera muy nerviosa) - Si. Yo lo vi todo. Lo presencié todo. ¡Qué miedo pasé! ¡Qué susto! A mí me llamó mi vecina Quercus para que le ayudara pero no pude hacer nada. Este niño es un salvaje. Me dijo que me quería cortar el pie a mí. Solo de pensarlo me dan escalofríos.
SABIO NEVADENSIS. - Tranquilízate Genista. Y tu Cardo Corredor ¿Qué es lo que viste?
CARDO CORREDOR. - Verás Nevadensis, a mí me llamó mi amiga Quercus y cuando llegué este niño malo que está aquí le había cortado la rama a Quercus y quería cortarle el pie a Genista. Yo le iba a dar una paliza pero Genista me dijo que llamara a los guardianes que llegaron lo apresaron y aquí lo tienes.
SABIO NEVADENSIS. - Parece ser que los hechos quedan probados ahora le toca a usted señora Madreselva , actúe de fiscal.
MADRESELVA. - Con su permiso señor juez. Este es un nuevo caso de desprecio de los humanos hacia la naturaleza. No agradecen las cosas que las plantas les damos como todos los frutos, ni agradecen que le limpiemos el aire que respiran, el oxígeno que producimos, la frescura y humedad de nuestras selvas y bosques. Nada no agradecen nada. Y a cambio ¿qué nos dan?.
SABIO NEVADENSIS. - Corte el rollo amiga Madreselva. Limítese a decir lo que está previsto por la ley en estos casos.
MADRESELVA. - Dispense señor juez, me he dejado llevar por la irritación. Puesto que los hechos están probados solo tengo que decir que su Señoría sabio Nevadensis aplique la ley de la selva en su máximo rigor. Es decir pido para el acusado que le corten un brazo al igual que él hizo con nuestra querida amiga Quercus. He terminado.
SABIO NEVADENSIS. - Niño ¿Tienes algo que decir en tu defensa?
NIÑO-A. - Digo que es verdad todo lo que han dicho de mí. Pero yo no sabía que las plantas sentíais dolor como las personas, no sabía que os hacía daño. Tampoco sabía que fueseis capaces de hablar. Os pido perdón. Ya no lo volveré a hacer. Pero no me cortéis el brazo por favor. (Se pone a llorar)
RETAMA GINESTA. - Eso no es verdad. Recuerda que yo te advertí de que no deberías hacer daño a las plantas porque sufríamos como vosotros las personas, tu no me hiciste caso. Y luego quisiste cortarme por el pie.
NIÑO-A. - Es verdad pero es que esto es muy raro, nunca había hablado con ninguna planta. ¿Por qué habláis vosotras?
SABIO NEVADENSIS. - Tienes razón nadie sabe que las plantas de este parque podemos hablar durante una hora todos los años. Explícaselo tu amiga Mejorana.
MEJORANA. - Tienes que saber niño que hace cientos de años se declaró un incendio en este bosque. Se quemaron numerosas plantas y murieron abrasados muchos animales. Cerca de aquí vivía un grupo de personas que huyeron asustadas cuando vieron el incendio. Un niño pequeño se quedó perdido y su madre regresó a recogerlo. Cuando lo encontró ya el fuego estaba cerca y tuvieron que correr hacia aquí. Estaban asustados. Llegaron al pie del gran SilvestrisNevadensis y ya el fuego los había rodeado. No tenían escapatoria, iban a morir. Entonces nuestro querido Nevadensis los vio abrió su tronco y los refugió dentro de él. El fuego quemó las ramas y la parte externa de Nevadensis pero ellos no sufrieron ningún daño y cuando se apagó el fuego salieron sanos y salvos.
NIÑO-A. - Y ¿qué pasó después?. ¿Se recuperó de sus quemaduras Nevadensis?. ¿Cómo fue que aprendísteis a hablar?
MEJORANA. - Ahora te lo digo. Nevadensis no murió y se fue recuperando poco a poco. El genio de los bosques enterado de la buena acción que había hecho Nevadensis a él y a todas las plantas del parque nos condedió el privilegio de poder hablar una hora cada año cuando él lo decide. Un minuto después de que tu le cortaras la rama a Quercus nos permitió hablar y dentro de poco nos quedaremos mudas hasta el año que viene.
SABIO NEVADENSIS. - Ya sabes todo lo que ha pasado ahora prepárate para escuchar la sentencia.
NIÑO- A. - Por favor no me cortéis el brazo.
MADRESELVA. - La ley es la ley y yo pido que se cumpla.
SABIO NEVADENSIS. - Señora Madreselva. Las plantas nunca le hemos hecho daño a las personas. Siempre se lo hemos dado todo y no le hemos pedido nada a cambio. Por otra parte todos sabemos que este niño está arrepentido y no volverá a hacer eso. (En este momento aparece de nuevo el genio de los bosques se pone en el centro del escenario y mira su reloj) Creo que lo dejaremos libre para que cuide a nuestra amiga Quercus hasta que le salga una nueva ramita y...
GENIO DE LOS BOSQUES. - Se acabó el tiempo de hablar. ¡Adiós queridas plantas! ¡Adios a todos!
(Nevadensis se queda callado al igual que todas las demás plantas. Se quedan inmóviles como estatuas.)
NIÑO-A. - Continúa hablando por favor. ¿Por qué te has quedado callado de repente?.
Dirigiéndose a Quercus. - Habla tu encina. Dime si me perdonas. Te prometo que te pondré abono cuando tengas hambre y te echaré agua cuando pases sed. Pero dime algo.
Dirigiéndose a la madreselva. Por favor señora madreselva hable usted aunque sea para condenarme.
Dirigiéndose al público. Nadie me responde las plantas ya no me hablan. Ya no se si todo esto ha sido un sueño o si ha pasado de verdad. Pero he sacado una enseñanza. Debemos cuidar las plantas y no maltratarlas nunca porque las plantas son seres vivos y también sienten.
FIN

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