martes, 26 de junio de 2012

LO QUE CUENTAN DEL SILBÓN ANTES DE SER SILBÓN


LO QUE CUENTAN DEL EL  SILBON ANTES DE SER SILBON

 TOMADO DE DÁMASO DELGADO       

                                                                                                       
                Adaptación.  FRANCISCO JAVIER PÉREZ
         11 Personajes o más a convenir.

Escenografia: un rancho con un fogón montado en una mesa y una cama o hamaca
      
La mañana comienza muy alegre   se oye el río y el cantar pájaros. el padre se para del chinchorro donde descansaba,  y despierta al hijo que duerme en una estera .  

PADRE.   Hijo, hijo...  párate pa que me acompañe

HIJO.   Ya va. APA   tengo sueño { mientras  se estira y bosteza  }

PADRE.   pero bueno este muchacho el carrizo siempre con flojera

HIJO , esta bien pues, ya boy . taita { se para se peina se arregla y luego   se sienta }
PADRE.    Beba café para que me acompañe   para el conuco .        

HIJO,...vamos pues..

PADRE . apúrate que se hace tarde
HIJO...no hombre taita usted siempre  apurando a uno ..{un poco  Bravo}

PADRE como no te voy a apurar muchacho péndelo  si tu no sirves ni pa un gallinero { enojado con una fuerza en la voz, el hijo esta apunto de reventarse por la rabia. Herido por el maltrato) 
HIJO. no  hombre taita usted siempre mandándome  usted a mi no me ba paga ,{mientras tanto la vieja para la pelea  que hay entre los dos }     
VIEJA.  Miren par de sinvergüenza en vez de estar discutiendo vayan a buscar comida que estoy bien  flaca y desnutría.

PADRE. Anda a buscar el saco pa ir al conuco.
HIJO. Aquí esta el saco vamos pues.

1
                   En la conuco el padre le dice al hijo.
 PADRE. Hijo enderézame ese palo (mostrando un palo torcido)
HIJO. Taita no se puedo enderezar.
PADRE. Si se puede enderézalo te dije
HIJO. No puedo.
PADRE. Te voy a pegar si no lo endereza.
HIJO. Palo que nace torcido nunca endereza (le contesta bravo)
PADRE.  NO me conteste asi, tu que te as creído muergano toma (le pega con un palo).
HIJO. No me pegues mas papá ya no más.

PADRE. Eso es para que aprendas  muchacho el carrizo


HIJO. Bravo agarra un palo y le da al padre y lo mata agarra el machete y lo descuartiza y mete los huesos  en el saco y se va para el rancho.

ESCENA II.
MAMA.
            Aquellos si han tardado con tal que traigan algo pa comer.
. (entra  asustado. Y pone el saco cerca del fogón.)
HIJO.
 Ay esta lo que traje.
MAMA.
Y tu padre donde esta.
HIJO.
 Se quedo aya
MAMA.
 por que estas tan nervioso que tienes.

HIJO.
 Nada que voy a tener nada.

MAMA.
 No se que tienes no te había visto tan nervioso como si fueras echo algo malo, donde esta tu padre (recelosa mirando el saco)
HIJO.

 No e hecho nada vieja dame café y apúrese con la comida que

tengo hambre y échele bastante ají.
MAMA.
 (revisa el saco y se asusta. )  ¿Que es esto? ...¿que animal es
este?                                                                                                           2
HIJO.
  No se eso lo mando mi papá.
MAMA.
 Donde quedo tu papá,
HIJO.
 No se ...no se déjeme en paz no me molestes  ¡ya!
MAMA .
(sacando un hueso) esto parece un hueso humano que has hecho con tu padre lo as matado hijo por que  (llorando)
HIJO.
  ¡ya viejo si lo mate porque me pegaba mucho y a usted le daba mala vida ...por eso lo hice.

MADRE.
 Maldito seas hijo por haber hecho eso.  Vagaras por la llanura sin descanso por siempre maldito eres y asi será.

HIJO.
 Empuja fuerte a la madre y sale gritando despavorido por lo que
 hizo

ESCENA III.
Jugando una partida de domino en la mesa. Y charlando sobre la fiesta que tenían hoy.

MARIA Y PETRA acomodan las sillas.

COMADRE I
comadre venga que le voy a contar el cuento del silbón
antes de ser silbón.
COMADRE II. 
¿y como es eso comadre.

COMADRE I
 hace mucho tiempo aquí en este rancho vivió una familia
muy humilde, y dicen que el hijo mato al padre y a la madre  y ella antes de morir lo maldijo pa toita su vida y desde ese momento empezó a desandar y saliéndole a los parranderos.
                                                                                                                   3
COMADRE III.
 Y dicen que persigue a las mujeres preñadas, y que es flaco y canilludo
y que no se le ve la cara.

COMADRE I.
 Además tiene un silbido, bien finito, y que cuando esta
cerca se oye lejos y cuando esta lejo se oye cerca

COMADRE III.
 tambien dicen que lo han visto con un saco en el hombro cargado de huesos del taita.
MARIA.
 Hay comadre no eche esos cuentos que me pone la piel de Gallina.
PETRA.
Mejor nos vamos pa la casa.

COMADRE III.
 Si mejor nos vamos.

ESCENA IV.
DOMINGA.
Conchales viniera Isaías pa que nos llevara pa la fiesta que hay en quebrada seca.

ROSAURA.
 Verdad de repente hasta me consigo un novio pa casarme si
  Alguien se fijan en mi.
CARMEN.
     Voy a barrer la casa pa ir  tambien  a la fiesta.

Entra José Juan silbando

JOSE JUAN.
  Como estas carmen, rebonita como siempre, caramba de
 que fiesta hablan.

ROSAURA. 
  ¡GUA! De cual va ser pues de doña Panchita en quebrada seca, nos llevas José Juan.

                                                                                                                   4
JOSE JUAN. 
  Esta bien pa que estoy yo si no es pa complacerlas vallan a arreglarse   temprano para que vallemos juntos pues.

ESCENA V.

Ambientación un tranquero y matas de plátanos


HOMBRE I.
Caray y por que tan contento.

JUAN ILARIO.
 Contento por la parranda que me voy a dar en quebrada Seca

HOMBRE I.  
Cual parranda Juan.

JUAN ILARIO.
Cual va a ser pues la de panchita.

HOMBRE I.
 hay  camarita y usted va pa esa fiesta con esa noche tan fea Por que no se regresa pa su casa.

JUAN ILARIO.
¡nooo.! Ñerito, como va cree usted, ese baile no me lo puedo perder si usted fuera visto ese bojote de mujer que han pasado pa  aya, si yo fuera usted no estuviera parado hay como un tonto en ese tranquero.

HOMBRE I.
 Noooo. Ñero, eso si que no, ni que tuviera tan enamorado, Pá coje ese camino tan pichacoso, imagínese compa que el barro le llega más arriba de los tobillos... mire compa
hágame  caso mire como están esos relámpagos apuraditos
JUAN ILARIO.
 ¡no hombre! Pa eso cargo mi chamarra.
PERSONAJE II.
 Recuerde juan que estamos en mayo mes de espantos y  aparecidos y una noche como esta no espa andar lo buscando lo que no se le a perdido.
                                                                                                                   5
JUAN ILARIO.
Además, yo soy macho capaz de darle cuatro muescasos A cualquiera que se me atraviese, asi sea el mismo  Diablo, ojala me  salga un espanto pa que OSAU vea la reborca que le voy a dar.
PERSONAJE I 
 pues OSAU será lo que sea pero lo que es pa mi esto no es juego
JUAN ILARIO.
Que compa pa bainero y que teniéndole miedo al silbón no juegue

PERSONAJE I.
Pues yo lo dejo solo-

JUAN ILARIO.
Ja. Ja. Ja. ( se retira y de repente el silbido.)

(El silbón sale y se le esconde)

JUAN ILARIO.
No hombre sálgase de esa mogote, lo que anda buscando que lo pique una mapanare , OSAU no me va a meter miedo.
EL SILBON.
Fi.fi.fi. fi (golpea a Juan Ilario)

JUAN ILARIO.
Ay ay (tira garrotazos al revés y al derecho y cae desmayado)


JUAN JOSE.
Epa carran todos que es Juan Ilario vengan pronto.

TODOS (entran para ayudar a Juan )

JUAN JOSE.
Se lo dije, se lo dije eso le paso, por porfiado por porfiado

JUAN ILARIO.
Ay ya me mataba ese animal, ay compa, palabrita que no salgo más de noche.
                                                                                                                    6
OSAURA.
Vamos Juan pa la fiesta pa celebrar que esta vivo.

PERSONAJE III.
Vamos que empiece la fiesta.
   

Bailan un Joropo recio y colorin colorado este silbón se a acabado


FIN...                                                                                                                            
                                                                                                                   7
� U / p 0� `�
MADRE.
¡Ay! ¡que he dicho yo!

CRISTÓBAL.
¿tienes miedo?

MADRE. (temblando)
¡Ay!

CRISTÓBAL.
Di: tengo miedo.

MADRE.
Tengo miedo.

CRISTÓBAL.
Diga. ¡ Ya me ha domado don Cristóbal!

MADRE.
Ya me ha domado don Cristóbal.

CRISTÓBAL.
Como domaré a tu hija.

MADRE.
Entonces...

CRISTÓBAL.
Yo te doy la onza de oro de la que cagó el moro y tú me entregas a tu hija Rosita, y me lo debes agradecer porque ya está madurita.

MADRE.
Tiene veinte años.

CRISTÓBAL.
He dicho que está madurita, y lo está, pero a pesar de todo es una linda muchacha. Diga, diga, diga...

MADRE.
Que tiene dos tetitas
Como dos naranjitas
Y un culito
Como un quesito
Y una urraquita...

CRISTÓBAL.
¡Ayyyyyyyyyy!

MADRE.
Y una urraquita
Que le canta y le grita.

CRISTÓBAL.
Sí señor, me voy a casar porque doña Rosita es un bocado di cardinali.

MADRE.
¿Habla vuestra merced el italiano?

CRISTÓBAL.
No. Pero en mi juventud estuve en Francia y en Italia, sirviendo a un tal don Pantalón. A usted no le importa nada de mi vida. Tiemble usted. Todo el que está delante de mí tiene que temblar, carajorum, tiene que temblar.

MADRE.
Ya estoy temblando.

CRISTÓBAL.
Llama a Rosita,.

MADRE.
¡Rositaaaaaaa!



ROSITA.
¿Qué quieres?
Me quiero casar
Con  un
 






o-a� ; l n 0� `� TRAD'>que nos estamos durmiendo.
BALTASAR.
Mañana, al atardecer, 
nos tendremos que marchar, 
y al Niño Dios ofrecer 
los presentes., y adorar.
 
(Música de fondo. Simulan que duermen. Se oscurece la escena y salen todos. Se ilumina la escena. Los tules enmarcan el Portal. Entran por derecha la Virgen, con el Niño en brazos, y San José; a continuación, la Estrella y la Palmera, que se colocarán junto al Portal).
ANTE EL PORTAL
NARRADOR
.El veinticinco nació, 
cumpliendo la profecía, 
la Estrella se apareció 
sobre el Portal de María.
NARRADORA.
¡Qué lujo! ¡Qué esplendor!
¡Qué vistosos los ropajes! 
¡La estrella, qué resplandor!
 ¡Qué elegantes van los pajes!
NARRADOR.
Todo eso por un Niño, 
que en un pesebre ha nacido 
y no en pañales de armiño.
 í Tan pobre! ¡Tan desvalido!
NARRADORA.
Algo tiene que tener 
por encima de las leyes 
para venir a ofrecer 
su amor a pastores y reyes
( Música de fondo entran los reyes por derecha con su cortejo. Los pajes portan regalos y se situan todos junto al Portal)
JOSE.
Habéis de lejos venido 
a postraros a sus pies.
 La Estrella os ha traído
 porque supisteis quien es.
MELCHOR.
Esta mirra, como hombre.
BALTASAR.
Pues como rey, este oro.
GASPAR
Y ahora, en mi nombre,
 incienso al Dios que adoro.
  JOSE.
Mirra, oro e incienso 
son regalos para un Dios, 
un gracias es poco, 
pienso, tenemos que daros dos.
MARIA.
Quiero decir, de momento, 
que también os felicito. 
Mi Niño está muy contento 
y se ha chupado un dedito.
El Niño, Jesús de nombre, 
duerme un sueño profundo. 
En cuanto se haga hombre
será el Salvador del mundo
(Los reyes se levantan, adelantándose al público, acompañados de sus pajes).
BALTASAR.
¡Oh, qué Niño más gracioso! 
¡Qué sonrisa nos ha echado! 
¡Es un chavalín hermoso! 
¡Creo que nos ha soplado!
MELCHOR.
Es su espíritu, que aquí 
en el rostro me ha dado, 
y que, penetrando en mí, 
el resfriado me ha curado.
GASPAR.
El reuma se fue con tino. 
Salto y brinco sin temor. 
¡Será el vaho divino! 
¡No tengo ningún dolor!
BALTASAR.
¡No me duele la cabeza! 
¡No tengo la cefalea! 
¡Ahora veo la belleza 
de lo que aquí me rodea!
MELCHOR.
Nosotros, con gran poder,
 riqueza y sabiduría, 
no hemos sabido entender 
que la fe nos sanaría.
GÁSPAR. 
Estos apreciados dones,
 estos regalos del Cielo, 
abren nuestros corazones...
BALTASAR....
  como descorrer un velo.
GASPAR.
Con oro y piedras preciosas, 
de nuestros palacios llenos ...
MELCHOR....
compraremos muchas cosas
 a los niños, que son buenos.
(Reyes y pajes se dirigen de nuevo al Portal y adoran al Niño. Música de fondo).
NARRADOR.
Dos mil años han pasado 
del hecho aquí referido. 
¡La Navidad ha llegado! 
¡Seis de enero, bienvenido!
NARRADORA.
Un mensaje me han dado 
‑prestadme mucha atención 
como del cielo enviado. 
¡Jamás perdáis la ilusión!
(Música de fondo mientras, lentamente, se corre el
 
T E L 0 N


t-align� ,$t r �� P� ak-after:avoid'>FIN

e su p� K$. o �� P�
DON QUIJOTE. - Y por el otro ejército ¿Acaso no vislumbras las barbas del malísimo Bin Laden odiado y temido de todos?
SANCHO PANZA. -
DON QUIJOTE. - Tantas ganas tengo de entrar en batalla que aunque veo por allí muchos cientos de famosos y esforzados caballeros doy por terminado su nombramiento y ya me apresuro a entrar en combate. Pues se que este será un gran día y estos caballeros presto conocerán el valor de mi brazo.
NARRADORA. - Viendo Sancho que ya era de todo punto imposible convencerlo de que lo que iba a atacar no eran ejércitos sino rebaños. Resignose al destino hízose a un lado y dejole marchar no sin antes advertirle por última vez.
SANCHO PANZA. - Vuelva aca desdichado de mí y de la madre que me parió. Vuelva y mire que no son gigantes ni Supermanes ni Binladen ni nada que se le parezca sino ovejas y carneros.
DON QUIJOTE. - Allá voy. Caballeros que seguís bajo la bandera del valeroso Supermán del arremangado brazo. Seguidme todos veréis como os ayudo a derrotar a vuestros enemigos.
NARRADORA. - Y diciendo esto se adentró en medio de los rebaños dando lanzadas por aquí y por alla con tanta fuerza que al momento dejó en el campo no menos de siete ovejas muertas. Los pastores le daban voces diciendo que no hiciera eso pero de nada servían sus palabras.
PASTOR I. - ¿Pero qué hace vuestra merced? ¿es que se ha vuelto loco?
PASTOR II. - ¡Deja las ovejas desgraciao! ¡Que me vas a buscar la ruina!
PASTOR III. -¡Para! ¡Detente! ¡Vamos a tirarle piedras que nos mata todas las ovejas!
DON QUIJOTE. - ¡Malandrines! No huyáis que un solo caballero os derrotará a todos.
NARRADORA. - Los pastores al ver que no hacía caso comenzaron a tirarle piedras hasta que consiguieron tirarlo del caballo.
(Los pastores le tiran bolas de papel como si fueran piedras)
PASTOR I. - Toma esta pedrá.
PASTOR II. - A ver si te gusta esta peladilla.
DON QUIJOTE. - ¡Ay mis costillas! ¡Muerto soy voy a tomar un poco de medicina milagrosa.
PASTOR III. - Toma en toda la boca.
DON QUIJOTE. - (Cayéndose al suelo) ¡Ay mis dientes! Por lo menos me ha arrancao tres o cuatro.
NARRADORA. - Y era verdad aquella pedrada que le había dado en la boca le había arrancado tres dientes y cuatro muelas. Acudió Sancho y le ayudó a levantarse.
SANCHO PANZA. - ¿No le dije a vuestra merced veinte veces que no eran ejércitos sino rebaños?
DON QUIJOTE. - Calla Sancho. Todo esto es obra de aquel sabio enemigo mío que envidioso de la fama que yo iba a coger ha convertido a los ejércitos en rebaños.
SANCHO PANZA. - No sé, no sé.
DON QUIJOTE. - Es verdad lo que yo te digo y si quieres convencerte solo tienes que ir detrás de ellos y esconderte detrás de aquella colina y verás como de aquí a un rato otra vez se vuelven a convertir en ejércitos.

FIN

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